Sin duda, en nuestro mundo actual, cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, la ciberseguridad se ha convertido en una preocupación constante. La creciente amenaza de ciberataques y la exposición a vulnerabilidades en sistemas informáticos y redes está obligando a adoptar enfoques proactivos para proteger la integridad de la información y los datos críticos. En este contexto, el hacking ético, también conocido como «pentesting» o prueba de penetración, surge como una práctica esencial para salvaguardar la seguridad cibernética.
¿Qué es el hacking ético?
Básicamente, el hacking ético es una práctica de ciberseguridad que involucra el uso de habilidades y herramientas de hacking por parte de expertos en seguridad informática con el fin de evaluar la seguridad de sistemas de información y redes de manera legal y ética.
Su principal función es identificar y corregir vulnerabilidades antes de que los hackers malintencionados las descubran y saquen provecho de ellas. En esencia, los hackers éticos actúan como defensores de la seguridad cibernética, trabajando en colaboración con los propietarios de sistemas y redes para fortalecer sus defensas contra posibles ataques.
¿Qué finalidad tiene este procedimiento?
Como dijimos, la finalidad del hacking ético, también conocido como «white hacking,» es garantizar la seguridad de sistemas informáticos y redes. Mediante una cuidadosa evaluación y pruebas exhaustivas, los hackers éticos buscan identificar vulnerabilidades y debilidades en la infraestructura de tecnología de la información. Una vez identificadas, estas vulnerabilidades pueden ser corregidas de manera proactiva, reduciendo así el riesgo de posibles ciberataques y la exposición de datos confidenciales.
Este enfoque proactivo es especialmente importante en un entorno donde la amenaza cibernética es constante. Al abordar las vulnerabilidades antes de que sean explotadas por actores maliciosos, las organizaciones pueden proteger mejor sus activos digitales. Y junto con esto, serán capaces de salvaguardar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de sus datos.
Diferencias entre hacking ético y hacking malintencionado
A simple vista, la diferencia más evidente entre el hacking ético y el hacking malintencionado radica en el propósito que mueve a cada uno. Por un lado, el ejecutor de un hacking malintencionado busca franquear la seguridad de un sistema informático o de una red para cometer delitos cibernéticos.
Mientras que el objetivo del hacking ético es fortalecer la seguridad, así como prevenir y contrarrestar ataques eventuales. En otras palabras, el white hacking se realiza con el conocimiento y el consentimiento del propietario del sistema o red, aspecto que lo convierte en una actividad legal y ética.
El contraste entre ambas prácticas es fundamental. Ciertamente, los delincuentes o piratas cibernéticos “hackean” un sistema informático para beneficiarse a expensas de otros y son capaces de causar daños significativos. Estas acciones acarrean sanciones legales a quienes las ejecutan.
La importancia del hacking ético
Desde esta perspectiva, la importancia del hacking ético está en la necesidad de proteger los datos, información y otros activos digitales de una organización contra posibles ataques malintencionados. En un entorno digital donde los ciberataques son cada vez más sofisticados y frecuentes, las organizaciones deben estar preparadas para enfrentar amenazas constantes.
En este sentido, los hackers éticos desempeñan un rol crítico al ayudar a las organizaciones a identificar vulnerabilidades y puntos débiles en sus sistemas. También, esto garantiza la continuidad del negocio al evitar interrupciones costosas.
Más aún, el “pentesting» puede mejorar la reputación de una organización. Precisamente, porque su implementación exitosa demuestra el compromiso de la empresa con la seguridad y la protección de la información confidencial. En particular, esta característica es relevante en un mundo donde la confianza del cliente y la protección de datos son determinantes.
Herramientas utilizadas por los hackers éticos
A los efectos, los hackers éticos disponen de diversas técnicas y herramientas con las que valoran el nivel de seguridad de sistemas informáticos y redes. Entre las herramientas más comunes encontramos:
- Pruebas de penetración: Estas pruebas implican simular un ataque informático para identificar deficiencias en el sistema y determinar su capacidad de resistencia a un ataque real.
- Análisis de vulnerabilidades: Esta técnica utiliza herramientas automatizadas y manuales para escanear y analizar los sistemas y constatar la existencia de posibles debilidades.
- Escaneo de puertos: El escaneo de puertos se realiza para identificar los puertos abiertos y servicios en un sistema informático o red, lo que ayuda a entender mejor la topología de la misma y posibles puntos de entrada.
Estas herramientas y técnicas permiten a los hackers éticos llevar a cabo evaluaciones exhaustivas de seguridad y proporcionar recomendaciones para mejorar la infraestructura de tecnología de la información.
Mejores prácticas
El hacking ético es un enfoque de seguridad basado en principios legales y éticos sólidos. Para asegurarse de que se cumplan estas normas, los profesionales que ejecutan el procedimiento que nos ocupa deben seguir prácticas acordes con su misión:
Contar con el consentimiento del responsable
Es fundamental destacar que el hacking ético debe llevarse a cabo con el consentimiento explícito por escrito y firmado del responsable del sistema o red que se está evaluando. En ningún caso debe realizarse una evaluación de seguridad sin tal autorización. Este consentimiento establece claramente los límites de la actividad y garantiza que se realice dentro de los parámetros legales.
Determinar los límites del procedimiento
Desde luego, es esencial establecer los alcances de la evaluación de seguridad desde el principio. Esto permite mantener la labor del hacker ético dentro de la legalidad y dentro de los límites definidos por la propia empresa o entidad. La claridad en los límites evita malentendidos y garantiza que la evaluación se realice de manera ética y legal.
Documentación de todo el proceso
En efecto, la documentación es una parte fundamental del enfoque al que hacemos referencia. Todas las actividades realizadas durante la evaluación de seguridad deben registrarse detalladamente. Esto incluye cualquier vulnerabilidad encontrada y las medidas tomadas para corregirlas. La documentación adecuada no solo respalda la transparencia del proceso, sino que también puede ser útil en caso de futuras referencias o auditorías.
Respetar la protección de datos
Dada la confidencialidad y la sensibilidad de los datos involucrados, los hackers éticos deben aceptar un acuerdo de no divulgación y cumplir con otras condiciones exigidas por el responsable de la organización evaluada. De hecho, estas medidas garantizan la seguridad de los datos y evitan la exposición no deseada de información sensible.
Evitar daños colaterales
Al respecto, es pertinente recordar que el propósito del hacking ético es mejorar la seguridad del sistema, no dañarlo. Durante las pruebas de penetración, se deben tomar precauciones para asegurarse de que no se cause ningún daño a los sistemas evaluados. Cualquier acción que pueda resultar en interrupciones no planificadas o daños debe evitarse cuidadosamente.
Compliance
Por supuesto, es indispensable que los hackers éticos estén familiarizados con las leyes y regulaciones locales, nacionales e internacionales en materia de seguridad informática. Cumplir con estas normativas es crítico para garantizar que todas las actividades de hacking ético se realicen de manera legal y ética.
Fallos más comunes detectadas por hackers éticos
Durante el proceso de hacking ético, los profesionales de la seguridad informática se encuentran con una variedad de debilidades comunes en sistemas y redes. Algunas de las más frecuentes incluyen:
- Errores en las configuraciones de seguridad
- Los datos sensibles, como contraseñas o información personal, están muy expuestos.
- Uso de componentes con debilidades conocidas.
- Ataques de inyección, como la inyección SQL.
- Ruptura del protocolo de autenticación. A propósito, la autenticación inadecuada o rota puede permitir el acceso no autorizado a sistemas y datos.
¿Tiene el hacking ético fundamentos legales?
El hacking ético es una práctica legal, en gran medida, debido al consentimiento otorgado por las organizaciones interesadas en resolver las vulnerabilidades de sus sistemas informáticos. Aunque la legislación sobre protección de datos no menciona de forma explícita esta práctica como una medida técnica de seguridad, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea establece claramente la necesidad de evaluar los riesgos y garantizar la seguridad de los datos personales (Artículo 32.2).
En la legislación española, el hacking malicioso está contemplado como un delito en el Código Penal (Artículo 197), lo que implica sanciones legales. No obstante, el acceso del hacker ético con el consentimiento del responsable no es ilegal, ya que se lleva a cabo dentro de un marco legal.
A pesar de esta base legal, existe un área gris en el hacking ético cuando se involucra la ingeniería social. Estas prácticas, que a veces se utilizan en evaluaciones éticas, pueden entrar en conflicto con el RGPD de la UE y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales (LOPD-GDD) española. Ya que estas acciones implican la obtención de datos personales sin consentimiento. Por lo tanto, es fundamental que los hackers éticos operen dentro de los límites establecidos para evitar posibles problemas legales.
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